miércoles, 7 de abril de 2010

Todavía hoy...

Todavía hoy no he conseguido responderme a muchas de las preguntas que a veces me hago respecto del porqué de algunas de las decisiones que a lo largo de mi vida he tomado, pero si he logrado llegar a conclusiones respecto de qué “caminos en la vida” quiero continuar recorriendo y, sobre todo, cuales debo dejar de transitar para así evitar arañazos, caídas, desengaños, dolores, dudas, mentiras, tropiezos…

Hace meses que vivo momentos en que todo gira en torno a mí a un ritmo vertiginoso.

Mientras tanto,…

... he aprendido a saber que yo...
... SOY quién soy.
Yo no soy quién quisiera ser.
No soy el que debería ser.
No soy el que la gente quiere que sea.
Ni siquiera soy el que fui.

... he aprendido a saber PARA QUÉ vivo.
No porqué sino para qué.
No cómo sino para qué.
No con quién sino para qué.
No de qué sino para qué.

... he aprendido a desplegar mis velas y dejarme llevar por el viento para, al fin, decidir si allí donde he llegado es donde quiero estar.

... he aprendido cuales son mi lugar y mi papel a base de realizar experimentos y pruebas, de asumir riesgos, de sufrir un sinfín de caídas, haciéndome daño.

Y a pesar de todo,...
... volviéndome a arriesgar.

... ¡¡¡he llorado mucho en soledad!!!

Siempre me he esforzado en abrir mi alma, mi corazón y mis ojos para aceptar la realidad, lo que siento y lo que veo, tratando de darle un sentido a cada uno de mis sentimientos, con el único objetivo de tirar a la basura aquellos que se lo merecen y quedarme con aquellos que también se lo merecen.

Me costó algo de trabajo darme cuenta de que siempre he sido libre.

Libre para estar y ser quién soy.
Libre para sentir lo que siento.
Libre para pensar lo que pienso.
Libre para correr los riesgos que yo decida correr.
Libre para buscar lo que yo creo que necesito del mundo.

Me ha costado algo de tiempo darme cuenta de que no quiero más lágrimas por lo que pudo haber sido y no fue, por intentar luchar en batallas en las que no sé porque, ni por quién lucho.

También me he dado cuenta de que…
… lo importante de lo que tienes, o crees tener, es querer tenerlo,…
… es querer estar ahí,…
… es que quieran que yo esté.